Vamos a mostrarte muchos pueblos bonitos de Cáceres con un rico patrimonio histórico. La provincia alberga pueblos que parecen sacados de cuentos de hadas. Imagina callejuelas que susurran secretos antiguos y casas señoriales que han visto siglos desvanecerse. Cada esquina te invita a sumergirte en su aura especial. Si anhelas un oasis de serenidad en un pueblo con encanto o te sientes audaz para trazar una ruta por los pueblos más bonitos de Cáceres, este artículo es tu brújula hacia destinos que encienden el alma.

Te recomendamos que para alojarte elijas la ciudad de Cáceres en uno de nuestros apartamentos turísticos por días. Por supuesto, también tenemos una guía muy completa para disfrutar de la ciudad de Cáceres donde te contamos todos los sitios para ver. Así que, carga esa cámara y despierta al explorador que llevas dentro. ¡Vamos a desentrañar maravillas juntos!

Mapa con selección de pueblos bonitos de Cáceres

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Alcántara: maravilla histórica a orillas del Tajo

Alcántara, un enclave mágico y cargado de historia en la provincia de Cáceres. Este rincón fascinante es hogar de un tesoro invaluable: un imponente puente romano que ha visto desfilar los siglos y es uno de los puntos de mayor atractivo en la región.

Historia

La narrativa de Alcántara se entrelaza con sus raíces romanas, y su nombre es un guiño al pasado. Derivado del término árabe «al-Qanṭarah», que significa «el puente», hace honor al majestuoso puente romano que se alza sobre el río Tajo. Remontándose al siglo II d. C. y engendrado por el visionario arquitecto Cayo Julio Lacer, esta obra maestra arquitectónica ha servido como eje en rutas mercantiles y estratégicas a lo largo de los siglos.

La historia de Alcántara resuena con episodios trascendentales. Desde las mareas de invasiones bárbaras hasta los enfrentamientos entre las fuerzas moras y cristianas, esta localidad ha dejado una huella indeleble en la conformación de Extremadura y la historia de España.

Puntos de interés

  • Puente romano de Alcántara: Indiscutiblemente, la joya cimera de la localidad. Este puente, desafiante ante el paso del tiempo, personifica la inventiva y pericia de los ingenieros romanos. Una visita obligada para quienes se deleitan en la historia y la arquitectura.
  • Convento de San Benito: Fundado en el siglo XVI, este convento resplandece como otra joya. Sus líneas renacentistas evocan admiración, y su historia atestigua momentos cruciales tanto en el ámbito histórico como religioso.
  • Templo de San Pedro: De cuna románica, este templo ostenta la tradición arquitectónica de la región. Frescos impresionantes y un diseño singular conforman una experiencia imperdible durante la visita a Alcántara.

La belleza natural, entrelazada con el rico legado histórico y arquitectónico, convierte a Alcántara en un destino vital para viajeros ávidos de cultura. Ya sea que sientas afinidad por la historia romana, el renacimiento arquitectónico o simplemente anheles inmersión en panoramas impresionantes, Alcántara despliega una oferta diversa y atrapante.

Descubre la sinfonía de la historia y el presente en Alcántara, donde cada piedra habla y el río Tajo acoge los ecos del pasado. Esta localidad es más que un lugar; es una experiencia que seduce los sentidos y resuena en el alma.

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Coria: un viaje a lo largo de los siglos

¡Coria, la joya histórica que resplandece en la provincia de Cáceres, en la sorprendente Extremadura española! Esta ciudad, inmersa en una telaraña de historia, se yergue como testigo de innumerables civilizaciones que han dejado su huella en la tierra.

Historia

La travesía por la historia de Coria nos conduce a tiempos ancestrales, con huellas prehistóricas que reverberan en la memoria del suelo. No obstante, es en la época romana cuando Coria toma las riendas de la relevancia, bautizada como Caurium. En esta etapa, la urbe florece como epicentro urbano y comercial. Luego, los visigodos y los musulmanes entran en escena, bordando la trama con matices culturales y arquitectónicos. La Reconquista entrega la batuta a los cristianos, encendiendo un nuevo fuego en el alma de la ciudad, especialmente en la Edad Media.

Puntos de interés

En Coria, el paisaje de la historia está adornado con destellos inolvidables:

  • Catedral de Santa María de la Asunción: Un coloso religioso que acapara miradas. Sus raíces, plantadas en el siglo XVI, dibujan una arquitectura gótica imponente.
  • Murallas de Coria: Guardianas silenciosas del pasado, las murallas tejidas en tiempos romanos y musulmanes abrazan el corazón histórico de la ciudad, narrando la valía estratégica de Coria a lo largo de los siglos.
  • Puente sobre el río Alagón: La solidez romana perdura en este puente, testigo del ir y venir del tiempo y de los capítulos que Coria ha presenciado. Aunque moldeado por renovaciones, aún atesora los vestigios de su estructura original.
  • Museo de Coria: Una ventana al legado histórico y cultural de la ciudad. Aquí, los secretos del pasado se revelan, permitiendo a los visitantes navegar por las aguas de la historia de Coria y su entorno.

Coria, con sus pergaminos y su herencia, es un abrazo a la memoria que pulsa en sus calles empedradas. Explorar su historia, honrar sus monumentos y saborear su cocina es ingresar a una experiencia enriquecedora e imborrable. El viaje por sus callejones es un viaje a lo largo de los siglos, una danza entre lo antiguo y lo moderno que aguarda ser descubierta y celebrada.

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San Martín de Trevejo: un rincón montañoso lleno de encanto y tradición.

San Martín de Trevejo, conocido en la lengua local fala como Sa Martín de Trevellu, es un encantador municipio. Situado en la comarca de Sierra de Gata, muy cerca de la frontera de Portugal y la provincia de Salamanca. El pueblo está enclavado en un valle, al pie del monte Jálama. Sus habitantes, conocidos como mañegas y mañegus, tienen una peculiar habla denominada «A Fala» o «Mañegu».

Historia:

La fundación de San Martín de Trevejo como pueblo se remonta al siglo IV, debido al nombre de San Martín, santo que vivió en ese siglo. Originalmente, se le conocía como San Martín de los Vinos, pero tras la promulgación de un fuero en 1230, se le comenzó a llamar Trevejo. San Martín fue antigua capital de Corregimiento de Jálama y sede del Comendador de la Orden de San Juan de Jerusalén y cabeza de juzgado hasta 1826. A lo largo de los años, la zona ha sido testigo de numerosas batallas y conflictos. Una curiosidad lingüística es que, con la repoblación de la zona, surgió la lengua del valle, conocida como a fala, que también se habla en los municipios vecinos de Eljas y Valverde del Fresno.

Puntos de interés

  • Iglesia parroquial de San Martín de Tours: Situada en el corazón del pueblo, esta iglesia de tres naves alberga tres tablas del renombrado pintor pacense Luis de Morales el Divino del siglo XVI.
  • Torre campanario: Ubicada en la Plaza Mayor, esta torre destaca por su escudo imperial.
  • Convento de San Miguel: Fundado, según la tradición, por recomendación de San Francisco de Asís. En 1454, el papa Nicolás II autorizó la construcción del convento actual.
  • Casas-palacio: Repartidas por el casco antiguo, algunas de las más destacadas son la del Comendador y la casa de los Ojesto.
  • Ermita de la Cruz Bendita: Alberga imágenes de gran valor.
  • Plaza Mayor: Con sus portales y una fuente central, es el corazón social y arquitectónico del pueblo.
  • Antiguas neveras: Se utilizaban para almacenar nieve y llevarla al pueblo en verano.
  • Pilas para hacer el vino: Excavadas en las rocas, son testigo del pasado vinícola de la región.
  • Antigua almazara: Data del siglo XII y, junto con un lagar adyacente, formó el Museo del Aceite y del Vino, aunque actualmente está cerrado.

San Martín de Trevejo no solo destaca por su rica historia y patrimonio, sino también por su arquitectura tradicional bien conservada, lo que le ha valido ser reconocido como Bien de Interés Cultural y formar parte de la Asociación Los pueblos más bonitos de España.

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Robledillo de Gata: entre callejuelas y piedra, la esencia de la España rural

Robledillo de Gata, conocido localmente como Robreíllu en extremeño, es un encantador municipio español situado en la provincia de Cáceres, en la comunidad autónoma de Extremadura. Este pintoresco lugar se caracteriza por sus construcciones tradicionales de adobe y madera, que le otorgan un sabor distintivamente serrano. Robledillo de Gata, como un tesoro escondido, ha sabido mantener su esencia a lo largo de los años gracias a su ubicación. Las vías de comunicación, como hilos invisibles que conectan tiempos y culturas, han sido guardianas de la esencia de este sitio. La tradición, como una fuente inagotable de vida, fluye por las calles y rincones, nutriendo el alma de Robledillo de Gata.

Historia:

La localidad fue declarada Bien de Interés Cultural en 1994, reconociendo su valor histórico y arquitectónico. Su trazado medieval y su tipología funcional predominantemente agrícola la hacen un reflejo del pasado. Además, la disposición de la localidad en la pendiente permite apreciar el escalonamiento de casas y calles, lo que realza su belleza.

Puntos de interés

  • Arquitectura popular: Las viviendas de Robledillo de Gata presentan características uniformes, con muros de adobe y entramados de madera. Es común ver en los balcones piñas de maíz secándose, lo que añade un toque distintivo al conjunto. Las calles, empinadas y sinuosas, en ocasiones pasan bajo casas voladas.
  • Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción: Este templo del siglo XVI destaca por su estructura rectangular y su cubierta mudéjar en la sacristía. Es un reflejo del patrimonio religioso de la localidad.
  • Ermitas: Robledillo cuenta con tres ermitas: la del Cordero, la del Humilladero y la dedicada a San Miguel. Estas estructuras añaden un valor religioso y cultural al municipio.

Cada rincón aquí tiene su propia historia que contar, como páginas de un libro que el tiempo ha escrito con su tinta. Este es un destino que despliega sus brazos acogedores a aquellos que anhelan sumergirse en la esencia rural y abrazar la majestuosidad de la arquitectura tradicional.

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Granadilla: del adiós al renacimiento

Granadilla desde la década de 1950 hasta la actualidad, este lugar ha atravesado desafíos y resurgimientos que han moldeado su esencia. La construcción del embalse de Gabriel y Galán en 1955 desencadenó una sucesión de eventos que transformaron el destino de esta villa. La despedida de los habitantes en 1960 marcó un capítulo doloroso, dejando sus hogares atrás, pero no sus memorias. Sin embargo, como un fénix que resurge de las cenizas, el renacimiento de Granadilla fue orquestado por el reconocimiento de su valor histórico-artístico en 1980, un soplo de vida que avivó su restauración y le devolvió el protagonismo.

Historia

En el siglo IX, los musulmanes alzaron aquí una fortaleza estratégica que se erige en un baluarte en medio de la región. Para reforzar su posición más frágil, en el noroeste, los almohades erigieron la alcazaba, que con el tiempo se transformaría en un castillo cristiano, amalgamando culturas y destinos.

Vayamos ahora hasta el año 1160, en el que el rey Fernando II de León tomó las riendas de la aldea. Por aquel entonces respondía al nombre de Granada y había sido un enclave árabe, pasó a una nueva fase. El rey, como si estuviera tejiendo una historia, la revitalizó. Fortificó sus muros y, en 1170, la enalteció con el estatus de villa. Todo con una meta clara: ser un muro de contención contra los vientos de cambio, aquellos movimientos de musulmanes que arraigaban y dominaban vastas extensiones al sur de las regiones de Transierras leonesa y castellana. La villa, estratégicamente plantada, formaba un nexo clave entre la ancestral Vía de la Plata y la exuberante comarca de las Hurdes. La brisa del río Alagón acariciaba sus alrededores, creando un lienzo de paisajes memorables.

Curiosamente, la aldea ostentaba el nombre de Granada, pero luego del gran giro de los acontecimientos en 1492, cuando los Reyes Católicos conquistaron la gran ciudad homónima, la aldea cambió su nombre a Granadilla. ¿Te resulta intrigante? Esto se hizo para evitar confusiones, aunque el nombre oficial de Granadilla en los documentos del Concejo no se estableció hasta el siglo XIX. ¿Quién lo habría pensado? Un dato interesante: el 31 de agosto de 1191, el rey Alfonso IX de León le entregó las llaves de la villa a la Orden de Santiago, un gesto que cambiaría el destino del lugar.

Puntos de interés

Los ojos curiosos de los visitantes encontrarán tesoros en cada esquina de Granadilla:

  • Castillo de Granadilla: La fortaleza musulmana que corona la colina es un vestigio majestuoso. Múltiples reformas han dejado su huella en esta reliquia, que regala panoramas pintorescos del embalse y su entorno.
  • Iglesia de Santa María: Un templo gótico tardío, testigo de épocas de esplendor. Su torre y portada, desafiantes del tiempo, narran la historia arquitectónica de siglos pasados.
  • Muralla almohade: Un anillo protector que rodea la villa y encierra historias secretas. Pasear junto a ella es como abrir un libro de cuentos de la Edad Media.

Granadilla se alza como un eco del pasado que reverbera en el presente. Las memorias de sus antiguos residentes y sus descendientes se entrelazan en un ritual anual, manteniendo viva la llama de la historia. El espíritu resiliente de esta villa deshabitada nos recuerda que cada rincón tiene su propia historia que contar y que el tiempo, aunque fugaz, no puede borrar los recuerdos. Granadilla, una paleta de colores que mezcla la nostalgia y el renacimiento, aguarda con sus calles adoquinadas, sus murallas centenarias y su magia inmortal para inspirarnos en cada paso.

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Hervás: un encuentro mágico entre historia y naturaleza

¡Hervás, un abrazo a la historia y la naturaleza que te dejará sin aliento! Este tesoro se ubica al norte de Cáceres, rodeado por el impresionante Valle del Ambroz.

Hervás, con su corazón en las estrechas calles empedradas y las casas de madera entramada, parece sacado de un cuento medieval. ¡Las fachadas hablan de siglos pasados mientras las aguas cristalinas del río Ambroz danzan con la magia del entorno!

Historia

La historia de Hervás es larga. En la época romana ya había algún pequeño asentamiento, pero fue durante la Edad Media cuando este lugar empezó a cobrar importancia de verdad. La llegada de los judíos fue clave, trajeron vida, cultura y prosperidad económica a la zona. Aún hoy podemos admirar su legado recorriendo el barrio judío, con sus rincones llenos de encanto que nos transportan a aquellos tiempos medievales. ¡Menuda suerte tener uno de los barrios judíos mejor conservados de toda España!

Toda esa historia se refleja en las pintorescas calles de Hervás, en sus tradiciones, su gastronomía… Pasear por el pueblo es como hacer un viaje al pasado, imaginar las vidas de todos aquellos que contribuyeron a crear la hermosa identidad que tiene hoy en día.

Puntos de interés

  • Barrio judío: Un laberinto que despierta nostalgia y curiosidad. Calles estrechas, casas de madera y secretos escondidos en cada esquina te invitan a sumergirte en una época lejana.
  • Iglesia de Santa María: Un monumento majestuoso, nacido en el siglo XV, que exuda el esplendor del estilo gótico. Su torre, un faro sobre el casco antiguo, te regalará una vista panorámica que te dejará sin palabras.
  • Museo Pérez Comendador-Leroux: Un homenaje a la creatividad. Esculturas, pinturas y dibujos se unen para tejer una historia de arte en este museo dedicado a Enrique Pérez Comendador y Magdalena Leroux.
  • Puente de la Fuente Chiquita: Un remanente romano que desafía al tiempo y ofrece un rincón sereno junto al río Ambroz. ¡La tranquilidad es la compañera perfecta para admirar este legado centenario!

Hervás no es solo un pueblo, es una experiencia que te envuelve en su abrazo histórico y te arrulla con la serenata de la naturaleza. Aquí, el pasado es un amigo con el que conversarás en cada rincón. Los siglos se cruzan con la belleza natural, creando una sinfonía que tocará tu corazón. Listo para sumergirte en un escenario donde la historia y la naturaleza bailan juntas en la melodía de Hervás.

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Cabezuela del Valle: un viaje encantador al corazón del Valle del Jerte

Cabezuela del Valle, aquí, la magia fluye en cada rincón, donde la historia se abraza con los paisajes más impresionantes del Valle del Jerte.

Historia

Cabezuela del Valle. Desde la prehistoria hasta la Edad Media, la zona guarda secretos milenarios. ¡Los vestigios arqueológicos son como páginas de un libro que revelan la presencia humana a lo largo de los años! La Edad Media dejó sus huellas de batallas y estrategia, mientras que el siglo XVI trajo prosperidad con la producción de seda y, por supuesto, el cultivo de las deliciosas cerezas, una joya que aún brilla con fuerza en la región.

Puntos de interés

  • Iglesia de San Miguel Arcángel: Una joya del siglo XVI que te transportará a una época de elegancia y devoción. La torre y la decoración interior son como un poema arquitectónico que se despliega ante tus ojos.
  • Museo de la Cereza: Sumérgete en la historia de este fruto icónico. Desde su cultivo hasta su dulce presencia en la región, este museo te cuenta el cuento detrás de la cereza.
  • Rutas de senderismo: La naturaleza se convierte en tu compañera de viaje. Imagina caminar por paisajes impresionantes, rodeado de cascadas y bosques que florecen con los cerezos. ¡Un paraíso para los amantes del senderismo!
  • Casco antiguo: Las calles empedradas te llevan en un viaje en el tiempo. Las casas tradicionales, las plazas y los rincones ocultos son como ventanas abiertas hacia la rica historia y cultura de Cabezuela del Valle.

Cabezuela del Valle es mucho más que palabras, es una experiencia que se siente en cada paso y en cada sonrisa amable que encuentras en su camino. ¡Prepárate para sumergirte en una historia que se teje con la belleza de la naturaleza y el calor de la hospitalidad local!

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Garganta la Olla: la naturaleza en su máxima expresión, un oasis de tranquilidad.

Garganta la Olla situada en la comarca de La Vera. Esta villa, con un encanto especial, es conocida por su rica historia y su impresionante patrimonio natural y arquitectónico.

Historia

La historia de Garganta la Olla está llena de aventuras desde la Edad Media. Aguas abajo existen restos de la antigua Carnaceas, posiblemente destruida en el siglo XI durante las luchas entre musulmanes y cristianos. Entre los siglos XII y XIII, el municipio pasó a manos de Castilla, siendo repoblado por colonos castellanos y navarro-vascos traídos desde Ávila. Inicialmente, bajo control de Plasencia, Garganta la Olla pasó por diversos señoríos hasta quedar integrado en la corona castellana en el siglo XV. La presencia de apellidos castellanos, navarros y vascos evidencia ese complejo proceso repoblador tras la Reconquista que dio origen al actual municipio extremeño.

Puntos de interés

  • La Casa de las Muñecas: Este icónico edificio no solo es una estructura, ¡es un símbolo viviente de la historia y la tradición local! Su arquitectura tradicional te dejará perplejo.
  • La Iglesia de San Lorenzo: ¡Prepárate para una experiencia religiosa como ninguna otra! Este templo, cargado de relevancia histórica, resguarda no solo la espiritualidad, sino también tesoros artísticos que te dejarán sin aliento. Una ventana al rico patrimonio cultural de la localidad.
  • Las piscinas naturales: ¿Listos para sumergirse en la maravilla de la naturaleza? Estas piscinas naturales, esculpidas por la mano del río a lo largo de los años, te brindan el regalo perfecto: un refrescante baño en un entorno absolutamente deslumbrante. ¡Prepárate para sentir la naturaleza como nunca antes!
  • El Puente Romano: Una estructura que, a pesar de su nombre, data del siglo XV y es un testimonio del pasado medieval de la villa.
  • La Iglesia de San Lorenzo: Un templo religioso de gran relevancia que alberga valiosas obras de arte y es un reflejo del patrimonio cultural de la localidad.

Más allá de estos destacados lugares, la localidad alberga una multitud de calles y recovecos que te incitan a perderte y desentrañar su esencia única. Los paisajes naturales que la envuelven, su auténtica gastronomía local y la cálida hospitalidad de sus residentes convergen para forjar un destino ineludible. Si buscas experimentar lo genuino en Extremadura, este rincón te espera con los brazos abiertos.

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Cuacos de Yuste: un viaje al pasado entre monasterio y paisajes verdes

Cuacos de Yuste. Enclavada en el corazón de La Vera, esta pintoresca localidad extremeña emana una magia especial que te atrapa desde el primer momento. Sus calles adoquinadas y sus fachadas con historia te invitan a adentrarte en un viaje en el tiempo. Rodeada por parajes como Jarandilla o Garganta la Olla, Cuacos de Yuste se convierte en la puerta de entrada a un universo de tradiciones y paisajes.

Pero sin duda lo que hace única a Cuacos es que fue el sitio elegido, nada menos que por el emperador Carlos V para retirarse, todo un honor. El imponente Monasterio de Yuste, donde pasó sus últimos días, es hoy Patrimonio Nacional. Y la Casa de don Juan de Austria, hijo del emperador, es otro rico vestigio del pasado imperial de Cuacos. Pasear por sus calles es como zambullirse en la historia. Iglesias, ermitas… hasta un cementerio alemán de la Segunda Guerra Mundial. ¡Cuántas vidas habrán dejado su huella en este mágico rincón extremeño!

Historia

Resulta fascinante imaginar la larga historia de Cuacos de Yuste, cómo este pequeño lugar ha ido evolucionando con el paso de los siglos. Es curioso pensar que mucho antes de que el conocido emperador Carlos V se retirara allí en 1557, ya existían indicios de poblamiento en la zona, aunque se desconoce el momento exacto.

Originalmente, Cuacos era una humilde aldea del Sexmo de Plasencia. Luego, con la llegada de Carlos V, aparecieron documentos que la mencionaban como «Quacos». En 1806 ya había adquirido la categoría de villa. Tras desaparecer el Antiguo Régimen, emergió como municipio constitucional con el nombre de Cuacos.

En 1842 Cuacos tenía ¡220 hogares y 1205 habitantes!, toda una comunidad rural. Más tarde, en 1959, se le reconoció oficialmente como paraje pintoresco. Y en los años 60 adoptó el nombre actual de Cuacos de Yuste, sin duda buscando resaltar ese pasado imperial.

Resulta entrañable imaginar la vida sencilla de sus primeros pobladores, agricultores y ganaderos probablemente. Luego, de pronto, la llegada de una figura tan poderosa como el emperador Carlos V debió ser todo un acontecimiento que cambió para siempre la historia de Cuacos.

Puntos de interés

  • Las Ollas: Un hermoso paraje natural junto al puente romano. Ideal para un refrescante baño en primavera y verano.
  • Valfrío: Otro encantador lugar con zona de baño, perfecto para disfrutar de la naturaleza.
  • El Bañaero: Aunque es una garganta más pequeña, es igualmente recomendable para una visita.
  • Casa de D. Juan de Austria (Casa de Jeromín): Una casa con mucha historia, perteneciente al hijo natural de S.M. Carlos V y Dña. Bárbara Blomberg. Actualmente, alberga la sede de la Mancomunidad Intermunicipal de La Vera.
  • Plaza de España: Una plaza parcialmente porticada que refleja la esencia del sitio.
  • Plaza de la Fuente de los Chorros: Una pequeña y encantadora plaza que no puedes dejar de visitar.
  • Monasterio de Yuste: Este monasterio tiene un encanto que simplemente atrapa. Si eres de los que valora la historia y la arquitectura, definitivamente no puedes perderte esta visita. Cada rincón cuenta una historia y te transporta a épocas pasadas. ¡Anímate a descubrir la magia del Monasterio de Yuste!
  • Iglesias y Ermitas: Cuacos cuenta con varias iglesias y ermitas que reflejan su rica tradición religiosa y arquitectónica.
  • Cementerio Alemán: Un lugar con historia que data de la II Guerra Mundial. Es un recordatorio de los eventos pasados y un sitio de reflexión.
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Jarandilla de la Vera: tradición y cultura en cada esquina, un pueblo con alma

Jarandilla de la Vera se erige en un emblemático municipio de La Vera. Ostentando el título de ser el segundo núcleo más poblado de La Vera, solo superado por Jaraíz, este encantador paraje se sitúa en un enclave crucial. Las rutas EX-203 y EX-119 se entrecruzan aquí, creando un vital nexo de unión entre Jaraíz de la Vera, Losar de la Vera y Navalmoral de la Mata.

Historia

El pasado de Jarandilla de la Vera es rico y diverso. Se cree que los primeros habitantes de la zona fueron los celtíberos. Posteriormente, bajo el dominio romano, se le conocía como «Flavium Vivertorum». De esta época, aún se conservan vestigios como el puente que cruza la garganta Jaranda. Durante la dominación visigoda, se dejó como principal reliquia una pila bautismal en la iglesia de Santa María de la Torre. En tiempos de los árabes, fue conocida como «Xarandiella». La llegada del emperador Carlos V en 1556 fue un momento histórico increíble para Jarandilla de la Vera. Imagino la conmoción que causaría en este pequeño pueblo extremeño ver llegar a una figura tan poderosa e importante, procedente de sus vastos dominios en Europa y América. Los jarandilleros de la época seguramente hablarían durante años de cuando el mismísimo emperador se alojó unos días en su localidad, en el castillo-palacio de los condes de Oropesa, antes de retirarse al cercano Monasterio de Yuste.

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Puntos de interés

  • Castillo Palacio de los condes de Oropesa: Este histórico castillo es conocido por haber sido la residencia temporal del emperador Carlos I antes de que se construyera su residencia en el monasterio de Yuste. Actualmente, el castillo sirve como Parador Nacional de Turismo Carlos V.
  • Ermita de Sopetrán: En esta ermita se venera a la patrona de Jarandilla, la Virgen de Sopetran. Su decoración interior es obra de los entalladores y maestros retableros de Barrado.
  • Puente Parral: Un puente de origen romano que cruza la Garganta Jaranda, es uno de los vestigios que nos recuerda el pasado romano de la zona.
  • Casco antiguo: El casco antiguo de Jarandilla de la Vera es un reflejo clásico de una población de montaña, con casas construidas en piedra y estructuras de madera.

Valverde de la Vera: el lugar donde el tiempo parece detenerse, pura magia

Valverde de la Vera es una joya escondida en la mancomunidad de La Vera, este pueblo se asienta en un enclave envidiable, rodeado por localidades como Talaveruela de la Vera y Losar de la Vera, entre otras. Con un territorio que se extiende por 46.95 km², en 2022, este rincón albergaba a 445 afortunados habitantes.

Historia

La historia de Valverde de la Vera se despliega tras la Reconquista, ligada a la expansión poblacional de la zona y al nacimiento de Plasencia bajo el reinado de Alfonso VIII de Castilla en el siglo XII. A pesar de su modesto comienzo en 1254, para finales del siglo XIII, ya había ganado prominencia. Fue entonces cuando el rey Sancho IV de Castilla lo otorgó como señorío a Nuño Pérez de Monroy. Con el paso de los años, el dominio de Valverde cambió de manos, pasando por linajes como los Zúñiga, hasta llegar al siglo XIX. Durante el Antiguo Régimen, se consolidó como municipio constitucional, conocido en ese tiempo como Valverde de Vera.

Puntos de interés

  • Castillo de los condes de Nieva: Una fortaleza que data de los siglos XIII y XIV, reflejo del esplendor señorial de antaño.
  • Iglesia de Santa María de Fuentes Claras: Monumento religioso y arquitectónico erigido entre los siglos XV y XVI.
  • Museo del Empalao: Alojado en una vivienda tradicional, este espacio desentraña el misterioso rito de «El Empalao», ofreciendo perspectivas sobre su origen y trascendencia. Es un miembro destacado de la red de Museos de Identidad de Extremadura.

Valverde de la Vera es un tapiz de historia, tradición y paisajes cautivadores, esperando ser explorado por quienes buscan sumergirse en la esencia de Extremadura.

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Plasencia: aunque es una ciudad debe de estar en nuestra ruta de pueblos de Cáceres con encanto

Plasencia, un destello en el horizonte cacereño, se despliega como una urbe donde la historia, la cultura y el verde paisaje se entrelazan de forma magistral. Su fundación se remonta al año 1186 de la mano del rey Alfonso VIII, y desde entonces, ha sido escenario de incontables episodios que han esculpido su esencia.

Historia

En 1186, Plasencia brotó bajo el auspicio del rey Alfonso VIII de Castilla, anclándose en un punto neurálgico en plena Reconquista, rozando las fronteras del reino de León y las tierras musulmanas. A un paso de la vía de la Plata, esa senda que los romanos trazaron, ostentó el título de capital del sexmo de Plasencia hasta el siglo XIX, dominando vastos territorios de la provincia que conocemos hoy. A pesar de que su pulso demográfico no palpó las 20.000 almas hasta 1960, sus calles han susurrado historias trascendentales, como los ecos de la boda de Juana la Beltraneja o el germen que culminó en la fundación de la provincia de Extremadura en 1653.

Puntos de interés

  • Catedral de Plasencia: Plasencia tiene dos catedrales en honor a la Virgen María: La Catedral Nueva y la Catedral Vieja. Ambas catedrales están inacabadas. La Nueva posee crucero y cabecera, pero le faltan las naves y la fachada principal. Por su parte, a la Vieja le falta el crucero y la cabecera, que se demolieron para edificar la Nueva. Una unión visual, algo discordante, conecta ambas estructuras. Este conjunto ofrece una variedad de ambientes, fachadas y esculturas que encantan a quienes lo visitan. La Catedral Nueva es más amplia, opulenta y contemporánea, mientras que la Antigua es más sobria, temprana y, a la vez, más enigmática y acogedora.
  • Palacio Episcopal: Una joya renacentista del siglo XVI que ha servido como hogar para los obispos de Plasencia. Hoy, sus puertas se abren al Museo Catedralicio.
  • Muralla: Un abrazo protector alrededor de Plasencia desde el siglo XII. De sus siete puertas, la Puerta del Sol brilla con especial esplendor.
  • Acueducto: Una maravilla del siglo XVI que canalizaba el agua desde la Sierra de Cabezabellosa, saciando la sed de Plasencia.
  • Convento de San Vicente Ferrer: Una mezcla gótico-mudéjar del siglo XV que ahora resuena con las melodías del Conservatorio Profesional de Música de Plasencia.
  • Iglesia de San Nicolás: Un santuario gótico que ha presenciado el paso del tiempo desde el siglo XV.
  • Plaza Mayor: El pulso vibrante de Plasencia, rodeado de testigos históricos y construcciones emblemáticas.
  • Palacio de los Monroy: Uno de los guardianes más antiguos de Plasencia, con raíces que se remontan al siglo XIII.
  • Palacio de Mirabel: Un reflejo renacentista del siglo XVI que destila elegancia y grandeza.
  • Convento de Santo Domingo: Un testimonio gótico-mudéjar del siglo XV, que ha visto siglos de devoción y fe.
  • Más allá de estos lugares, Plasencia es un mosaico de plazas, templos y residencias señoriales que aguardan ser explorados. Y, por supuesto, no podemos olvidar su sabor: las cerezas del Valle del Jerte, un manjar que ha cruzado fronteras.
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Trujillo: un pueblo con encanto, arquitectura, historia y gastronomía

Trujillo se despliega como un tapiz de historias antiguas y patrimonio cultural deslumbrante. Sus raíces se hunden en tiempos prerromanos, y cada rincón de la ciudad murmura relatos de tiempos pasados.

Historia

La Reconquista es uno de esos capítulos dorados en su crónica, con Trujillo en el centro del escenario. En 1232, la ciudad se liberó del dominio musulmán, convirtiéndose en un baluarte de coraje y determinación. De esa era resplandece su castillo medieval, que, desde su trono en una colina, regala panorámicas que quitan el aliento.

Sin embargo, Trujillo no solo vive en el pasado. Sus plazas y calzadas de piedra son un viaje en el tiempo. La Plaza Mayor, custodiada por la imponente figura de Francisco Pizarro, es el corazón palpitante donde se entrelazan historias y vidas. Y hablando de Pizarro, Trujillo se enorgullece de ser el hogar de audaces conquistadores que zarparon hacia tierras desconocidas. Sus residencias, transformadas en museos, narran las odiseas y triunfos de estos aventureros.

Puntos de interés

  • Castillo de Trujillo: El castillo de Trujillo, que se eleva con orgullo sobre la ciudad, invitándote a perder la mirada en el vasto panorama de Trujillo, que se extiende como un lienzo ante tus ojos.
  • Plaza Mayor de Trujillo: Al caminar por esta plaza, sientes el pulso de Trujillo. Cada rincón, cada edificio, parece susurrarte secretos del pasado. Y en medio de todo, la estatua de Francisco Pizarro te recuerda las aventuras de aquellos que, con valentía, se atrevieron a soñar más allá de los horizontes conocidos.
  • Iglesia de Santa María la Mayor: Una obra maestra gótica del siglo XIII, cuya torre se eleva con dignidad y cuyo interior es un festín de detalles artísticos.
  • Palacio de la Conquista: Una joya renacentista, legado de los herederos de Francisco Pizarro, cuya fachada está adornada con escudos que narran historias de valentía y exploración.
  • Palacio de los duques de San Carlos: Otro testimonio renacentista que, con su diseño y narrativa, evoca la grandeza de épocas pasadas.
  • Museo de Trujillo: Un recorrido por el tiempo, este espacio brinda una inmersión profunda en la rica tapeza de Trujillo, desde sus raíces hasta su florecimiento cultural.
  • Convento de la Coria: Más que un simple convento, este edificio ha renacido como un lujoso refugio, fusionando historia y comodidad en un entorno sereno.
  • Convento de San Francisco, Trujillo: Un refugio histórico de serenidad y fe, donde los ecos del pasado resuenan entre sus antiguos muros.
  • Iglesia de San Martín de Tours de Trujillo: Surgió sobre los cimientos de una antigua iglesia en la vieja plaza del mercado. Su construcción, de estilo renacentista, comenzó en el siglo XIV y se extendió hasta el siglo XVI. Su estructura se compone de una nave principal, coronada por una majestuosa bóveda de crucería. En su interior, resguarda una histórica pila bautismal de origen románico. Monarcas como Carlos V, Felipe II y Felipe V han rezado en sus bancos. Es notable mencionar que Felipe II, tras consolidar la Península Ibérica en 1583, visitó Trujillo y, en su paso, se detuvo en la iglesia de San Martín de Tours.

Para quienes buscan maravillas, Trujillo despliega un abanico de joyas. Desde la majestuosidad gótica de la Iglesia de Santa María la Mayor hasta la serenidad del Convento de San Francisco, hay un mundo por descubrir.

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Guadalupe: uno de los pueblos más bonitos de Cáceres y de España

Guadalupe suena como un lugar realmente especial, casi mágico. Y es que tiene una joya única como el impresionante Monasterio de Santa María de Guadalupe, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y conocido en todo el mundo. Y es que este pueblo no es que sea uno de los más bonitos de Cáceres, es que ha ganado el premio al pueblo más bonito de España ¡Menudo orgullo para este rinconcito cacereño!

Historia

El corazón de Guadalupe late al compás de las historias que se entrelazan en torno al Monasterio de Santa María de Guadalupe. Cuenta la leyenda que en 1326, las aguas del río Guadalupe revelaron a Gil Cordero una imagen de la Virgen. Este hallazgo divino inspiró la edificación del majestuoso monasterio. A través del tiempo, sus muros han sido testigos y protagonistas de episodios que han marcado el pulso de España.

Puntos de interés

Monasterio de Santa María de Guadalupe: Más que un monumento, es un canto arquitectónico que fusiona estilos gótico, mudéjar, renacentista, barroco y neoclásico. Sus rincones guardan invaluables piezas artísticas y sagradas reliquias que narran historias de fe y devoción.

Plaza Mayor de Guadalupe: Es el latido social de Guadalupe, un espacio donde la historia y la vida cotidiana se entrelazan entre edificaciones que susurran relatos del pasado.

Museo de Bordados: Un rincón donde el arte y la tradición se entrelazan en hilos, mostrando la maestría y pasión de los artesanos de Guadalupe.

Colegio de Infantes: Antaño, resonaba con las voces de los jóvenes del coro del monasterio. Hoy, sus ecos se transforman en expresiones culturales y exposiciones que enriquecen el espíritu.

Guadalupe es una sinfonía de historias, arte y tradiciones, un enclave mágico en Extremadura que invita a ser explorado y vivido por quienes buscan sumergirse en un viaje a través del tiempo y la cultura.

Un resumen de los puntos clave sobre los pueblos más bonitos de Cáceres:

  • Cáceres alberga pueblos con un encanto único que parecen sacados de cuentos de hadas.
  • Destacan por sus cascos antiguos con calles empedradas, casonas tradicionales y una arquitectura que conserva la esencia de épocas pasadas.
  • Pueblos como Hervás, Granadilla, San Martín de Trevejo y Guadalupe son algunos de los más emblemáticos, cada uno con su propia magia.
  • Hervás cautiva con su impresionante barrio judío, mientras que Granadilla luce los vestigios de su castillo e historia medieval.
  • San Martín de Trevejo conserva la singular lengua de «la fala» y Guadalupe alberga el fascinante monasterio homónimo.
  • Otros pueblos ineludibles son Trujillo, Jarandilla, Valverde de la Vera, tierras vinculadas a personajes ilustres y tradiciones únicas.
  • Los pueblos de Cáceres son más que un destino, son una experiencia autoguiada al pasado y una invitación a descubrir la auténtica esencia de Extremadura.
  • Sus iglesias, castillos, palacios, puentes y todo su patrimonio cultural están esperando ser admirados y sentirse transportado a otra época.

Enlaces de interés:

  1. Wikipedia – Provincia de Cáceres